La iglesia en los ochenta. |
Los días de visitación eran los
viernes. Esos días, los creyentes llegaban a las 7 de la noche y el
pastor Rodolfo García Saavedra los esperaba con un programa de
visitas. Este ministerio fue organizado por el Reverendo García a principios de
1974, él había tomado el pastorado a finales de 1973 y era aún soltero. Por cierto que este ministerio de
visitación no era nuevo en la iglesia. En realidad lo inició el propio
misionero Clarencio Burnette Taylor (†) cuando empezó la obra a
finales de los sesenta por las calles de Bellavista y Callao. En esos años, el
distrito de La Perla no se había constituído. La Perla recién se formó en 1964
compuesto por una parte de la jurisdicción de Bellavista y Callao Cercado. De
ahí el nombre de Primera Iglesia Bautista del Callao para la iglesia que está ahora
en La Perla.
Testimonios de hermanos que
estuvieron en esos años, también refieren que el misionero Pablo Kintner,
quien tomaba el pastorado en ausencia del pastor Taylor, también hacía obra de
visitación. En esos años la visitación también era realizada por los jóvenes de
entonces Walter Espinoza, Mericia de Espinoza, Arxaphad
Braithwaite, Vidal Villacorta, Graciela Tardío de Villacorta, Mariela
Aranda Villanueva de García, Marcela Aranda de Braithwaite, Oswaldo
Amico Contreras, Fernando Albarracín (†), Elmer García, Pedro
Beltrán, Ramón Ruiz (†), Roger Valdez, Edith Burgos, Filomena
Burgos (†), Nancy Burgos, Manuel Odicio, Marco Pizán, Yolanda
Canto, Jorge Canto, Ana Albarracín, etc. Un aspecto que debemos
destacar es que casi todos son en la actualidad pastores, esposas de pastores o
están comprometidos en el ministerio cristiano.
Pero volvamos a 1974. El pastor
Rodolfo García, él mismo presidía este ministerio que fue tomado por el
hermano Julio Serruto en el segundo semestre de ese año. El hermano
Serruto era entonces diácono de la iglesia y maestro de adultos en la Escuela
Dominical.
Entre los habituales hermanos que
participaban en este ministerio estaban Manuel Odicio Egoavil y su
hermana Gladys (†), quien entonces terminaba la secundaria en el colegio
General Prado de Bellavista.
También la hermana Leonor
Amasifuén de Quilcat (†), era una entusiasta colaboradora conjuntamente con su
hija Rosa Amelia Quilcat y Luz María García. También participaba
el entonces seminarista y estudiante de psicología en la Universidad Nacional
“Federico Villarreal”, Arxaphad Braithwaite Carlín, su mamá María Carlín y
sus hermanas Miroslava y Elizabeth.
Asimismo, participaba del
ministerio Leonardo Barreto Guerrero, quien tenía una sastrería al costado
del colegio José Olaya de La Perla Baja y las hermanas Bertha Benites de
Paiva, Susana Rojas de Tarazona (†) y Ofelia Chávez de Núñez, quienes
ya tenían varios años de membresía en la iglesia, especialmente la última
considerada como la primera familia que llegó a la iglesia cuando estaba en el
Jr. Vigil en el Callao bajo la conducción del misionero Clarencio Burnette
Taylor.
Entre los jóvenes, estaban Esmerler
Urbina, Félix Paiva Benites y César Sánchez Martínez, quien
había llegado en febrero de ese año procedente de la Iglesia Bíblica Bautista
de La Pascana, en el distrito de Comas, pero como hemos descrito en anteriores
capítulos, él estuvo por primera vez en el local de la iglesia en 1963 cuando
se celebró un Congreso de Iglesias Bautistas, integrando la delegación de los
hermanos de la Iglesia Bíblica Bautista del Bosque, del distrito del Rímac. El
autor es sobrino de la familia Tarazona, pionera de la iglesia del Rímac.
Otros entusiastas colaboradores
del ministerio de visitación eran los esposos César Martínez y Juana
Espino, así como el diácono Marcelo Aranda Pérez, su esposa Elea
Villanueva de Aranda (†) y sus hijas Mariela y Miryam, la primera
concluía sus estudios de educación en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, mientras que Miryam cursaba aún el cuarto año de secundaria.
¿Cómo se visitaba? De acuerdo al
programa establecido con antelación, los hermanos salían de dos en dos, pero
uno de ellos era quien fungía de líder. Generalmente era el hermano con mayor
experiencia en la visitación. Se tomaban las calles de los alrededores y se
entregaban folletos, solicitándoles unos cinco minutos para compartir La
Palabra.
Para el autor de la nota, fueron
las experiencias más gratas de su vida. Dios usaba la vida de los creyentes y
varias personas llegaban a conocer a Cristo bajo este ministerio. Precisamente
fue la forma cómo Dios usó este ministerio para involucrar a la familia Vega
Espejo a la iglesia. El instrumento del Señor fue el diácono Marcelo
Aranda, quien acompañado del autor, tocó la puerta del Jr. Piura 210 en la
Urbanización Alta Mar para invitar a sus moradores asistir a la iglesia. En esa
casa habita hasta la fecha, la familia Vega Espejo.
En términos generales, la visitación fue una
estrategia para ganar almas y muchas personas llegaron a conocer al Señor bajo
este ministerio. En los siguientes años, el pastor Oscar Santillán
Torrejón asumió la responsabilidad de este ministerio que se perdió en los
años ochenta aproximadamente, para dar paso a otro tipo de estrategias.
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