martes, 3 de abril de 2007

HISTORIA: La visitación de los viernes

Los días de visitas eran los viernes. Ese día, los creyentes llegaban a las 7 de la noche y el pastor Rodolfo García los esperaba con un programa de visitas. Este ministerio fue organizado por el Reverendo García a principios de 1974, él había tomado el pastorado a finales de 1973 y era aún soltero.
Inicialmente, él mismo presidía el ministerio, pero a mediados de su primer año de trabajo, tomó la posta el hermano Julio Serruto, entonces diácono de la iglesia y maestro de adultos en la Escuela Dominical. Entre los habituales hermanos que participaban en este ministerio estaban Manuel Odicio Egoavil y su hermana Gladis, quien entonces terminaba la secundaria en el colegio General Prado de Bellavista. También la hermana Leonor Amasifuén de Quilcat, quien ahora duerme en el Señor, era una entusiasta colaboradora conjuntamente con su hija Rosa Amelia Quilcat (residente en Venezuela) y Luz María García. También participaba el entonces seminarista y estudiante de psicología en la Universidad Nacional “Federico Villarreal”, Arxaphad Braithwaite Carlín, su mamá María Carlín y sus hermanas Miroslava y Elizabeth.
Asimismo, participaba del ministerio Leonardo Barreto Guerrero, quien tenía una sastrería al costado del colegio José Olaya de La Perla y las hermanas Bertha Benites de Paiva y Ofelia Chávez de Núñez, quienes ya tenían varios años de membresía en la iglesia, especialmente la última considerada como la primera familia que llegó a la iglesia cuando estaba en el Jr. Vigil en el Callao bajo la conducción del misionero Clarencio Burnette Taylor.
Entre los jóvenes, estaban Esmerler Urbina, Félix Paiva Benites y César Sánchez Martínez, quien había llegado en febrero de ese año procedente de la Iglesia Bíblica Bautista de La Pascana, en el distrito de Comas, pero como hemos descrito en anteriores capítulos, él estuvo por primera vez en el local de la iglesia en 1963 cuando se celebró un Congreso de Iglesias Bautistas, representando a la Iglesia Bíblica Bautista del Bosque.
Otros entusiastas colaboradores del ministerio de visitación eran los esposos César Martínez y Juana Espino, así como el diácono Marcelo Aranda Pérez, su esposa Elea Villanueva de Aranda y sus hijas Mariela y Miryam, la primera concluía sus estudios de educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, mientras que Miryam cursaba aún el cuarto año de secundaria. También hubo otros hermanos que participaban de vez en cuando en este ministerio, pero no eran asiduos colaboradores.
¿Cómo se visitaba? De acuerdo al programa establecido con antelación, los hermanos salían de dos en dos, pero uno de ellos era quien fungía de líder. Generalmente era el hermano con mayor experiencia en la visitación. Se tomaban las calles de los alrededores y se entregaban folletos, solicitándoles unos cinco minutos para compartir La Palabra. Para el autor del libro, fueron las experiencias más gratas de su vida. Dios usaba la vida de los creyentes y varias personas llegaban a conocer a Cristo bajo este ministerio. Precisamente fue la forma cómo Dios usó este ministerio para involucrar a la familia Vega Espejo a la iglesia. El instrumento del Señor fue el diácono Marcelo Aranda, quien acompañado del autor, tocó la puerta del Jr. Piura 210 en la Urbanización Alta Mar para invitar a sus moradores asistir a la iglesia. En esa casa habita hasta la fecha, la familia Vega Espejo.

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