lunes, 9 de abril de 2007

HISTORIA: Los especiales de oración.

- ¿Su pedido hermano Núñez?
- Un especial pastor.
- Pastor, yo también quiero un especial.
- Gracias hermana Susana. Su especial está anotado.
- El hermano Manay levantó la mano primero.
- Gracias. Buenas noches hermanos. Pido un especial para mí, y otro especial para mi esposa.

Estas eran algunas frases que se escuchaban en las noches de oración. ¡Se solicitaban hasta más de 15 pedidos especiales de oración! ¿Pero, qué eran esos pedidos? Eran motivos de oración que algunos creyentes consideraban estratégicamente no mencionarlos en la reunión de oración de los días miércoles. Es decir, un “especial” podría significar un nuevo empleo para un hermano, el aumento de sueldo solicitado al jefe, la declaración amorosa de un joven a una señorita, o simplemente una enfermedad que sufría algún miembro de la iglesia. Se ignora cuándo la iglesia adoptó esa costumbre. A finales de 1973, cuando inició su ministerio el pastor Rodolfo García Saavedra, esa costumbre era algo más que un hábito en la congregación, pero era ley, si la solicitud la hacía un diácono u oficial de la iglesia.

En esos años, la iglesia no era conciente que un pedido de oración debía ser específico para que los hermanos puedan orar por algo más definido. Tampoco era malo ante los ojos de quienes lo practicaban. Muchos, por no decir la mayor parte de los miembros, hacían su pedido de “especiales” con muy buena disposición y sinceridad de corazón. Con el tiempo, se aprendió que un pedido de oración tiene otras connotaciones que involucra a toda la congregación.
No pretendemos criticar el apoyo en oración en las necesidades de los creyentes, sino observar la forma cómo se hacía. Por cierto que los ministerios García y Amico respectivamente, se encargaron de hacer las correcciones necesarias.
Sin embargo, la iglesia debe aprender también de sus costumbres y errores. Un “especial” significaba para los años 70, una forma de solicitar el apoyo de oración en algo que no se podía compartir públicamente. Tal vez, la iglesia no sabía compartir sus necesidades como manda la Biblia. Ahora ya no hay “especiales” porque hemos aprendido lecciones basadas en la confianza y amor de los hermanos, y ella no es tanto si se dice públicamente o no.

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