miércoles, 29 de septiembre de 2010

CRÓNICA 4: LOS VIERNES DE VISITACIÓN

Por César Sánchez Martínez
Los días de visitación eran los viernes. Esos días, los creyentes llegaban a las 7 de la noche y el pastor Rodolfo García Saavedra los esperaba con un programa de visitas. Este ministerio fue organizado por el Reverendo García a principios de 1974, él había tomado el pastorado a finales de 1973 y era aún soltero.
Por cierto que este ministerio de visitación no era nuevo en la iglesia. En realidad lo inició el propio misionero Clarencio Burnette Taylor cuando empezó la obra a finales de los sesenta por las calles de Bellavista y Callao. En esos años, el distrito de La Perla no se había constituído. La Perla recién se formó en 1963 compuesto por una parte de la jurisdicción de Bellavista y Callao Cercado. De ahí el nombre de Primera Iglesia Bautista del Callao para la iglesia que está en La Perla.
Testimonios de hermanos que estuvieron en esos años, también refieren que el misionero Pablo Kintner, quien tomaba el pastorado en ausencia del pastor Taylor, también hacía obra de visitación. En esos años la visitación también era realizada por los jóvenes de entonces Walter Espinoza, Mericia de Espinoza, Arxaphad Braithwaite, Vidal Villacorta, Graciela Tardío de Villacorta, Mariela Aranda Villanueva de García, Marcela Aranda de Braithwaite, Oswaldo Amico Contreras, Fernando Albarracín, Elmer García, Pedro Beltrán, Ramón Ruiz (ya duerme en el Señor), Roger Valdez, Edith Burgos, Filomena Burgos (duerme en el Señor), Nancy Burgos, Manuel Odicio, Marco Pizán, Yolanda Canto, Jorge Canto, Ana Albarracín, etc. Un aspecto que debemos destacar es que casi todos son en la actualidad pastores, esposas de pastores o están comprometidos en el ministerio cristiano.
Pero volvamos a 1974. El pastor Rodolfo García, él mismo presidía este ministerio que fue tomado por el hermano Julio Serruto en el segundo semestre de ese año. El hermano Serruto era entonces diácono de la iglesia y maestro de adultos en la Escuela Dominical.
Entre los habituales hermanos que participaban en este ministerio estaban Manuel Odicio Egoavil y su hermana Gladys, quien entonces terminaba la secundaria en el colegio General Prado de Bellavista.
También la hermana Leonor Amasifuén de Quilcat, quien ahora duerme en el Señor, era una entusiasta colaboradora conjuntamente con su hija Rosa Amelia Quilcat (residente en Venezuela) y Luz María García. También participaba el entonces seminarista y estudiante de psicología en la Universidad Nacional “Federico Villarreal”, Arxaphad Braithwaite Carlín, su mamá María Carlín y sus hermanas Miroslava y Elizabeth.
Asimismo, participaba del ministerio Leonardo Barreto Guerrero, quien tenía una sastrería al costado del colegio José Olaya de La Perla y las hermanas Bertha Benites de Paiva, Susana Rojas de Tarazona (duerme en el Señor) y Ofelia Chávez de Núñez, quienes ya tenían varios años de membresía en la iglesia, especialmente la última considerada como la primera familia que llegó a la iglesia cuando estaba en el Jr. Vigil en el Callao bajo la conducción del misionero Clarencio Burnette Taylor.
Entre los jóvenes, estaban Esmerler Urbina, Félix Paiva Benites y César Sánchez Martínez, quien había llegado en febrero de ese año procedente de la Iglesia Bíblica Bautista de La Pascana, en el distrito de Comas, pero como hemos descrito en anteriores capítulos, él estuvo por primera vez en el local de la iglesia en 1963 cuando se celebró un Congreso de Iglesias Bautistas, integrando la delegación de los hermanos de la Iglesia Bíblica Bautista del Bosque, del distrito del Rímac. El autor es sobrino de la familia Tarazona, pionera de la iglesia del Rímac.
Otros entusiastas colaboradores del ministerio de visitación eran los esposos César Martínez y Juana Espino, así como el diácono Marcelo Aranda Pérez, su esposa Elea Villanueva de Aranda y sus hijas Mariela y Miryam, la primera concluía sus estudios de educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, mientras que Miryam cursaba aún el cuarto año de secundaria.
¿Cómo se visitaba? De acuerdo al programa establecido con antelación, los hermanos salían de dos en dos, pero uno de ellos era quien fungía de líder. Generalmente era el hermano con mayor experiencia en la visitación. Se tomaban las calles de los alrededores y se entregaban folletos, solicitándoles unos cinco minutos para compartir La Palabra.
Para el autor del libro, fueron las experiencias más gratas de su vida. Dios usaba la vida de los creyentes y varias personas llegaban a conocer a Cristo bajo este ministerio. Precisamente fue la forma cómo Dios usó este ministerio para involucrar a la familia Vega Espejo a la iglesia. El instrumento del Señor fue el diácono Marcelo Aranda, quien acompañado del autor, tocó la puerta del Jr. Piura 210 en la Urbanización Alta Mar para invitar a sus moradores asistir a la iglesia. En esa casa habita hasta la fecha, la familia Vega Espejo.
En términos generales, la visitación fue una estrategia para ganar almas y muchas personas llegaron a conocer al Señor bajo este ministerio. En los siguientes años, el pastor Oscar Santillán Torrejón asumió la responsabilidad de este ministerio que se perdió en los años ochenta aproximadamente, para dar paso a otro tipo de estrategias.

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